miércoles, 12 de marzo de 2014

Media Maratón de Santander 2014

Cuando era pequeño, recuerdo que nos acercábamos a Renedo desde Corvera para ver pasar a mi tío que corría la Bajo Pas. Cuando aquello, poco sabía de qué se trataba eso de la media maratón, pero a lo largo de los años se fue creando un increíble caldo de cultivo de amor por el deporte siguiendo a mi tío Fonso y a mis primos con los que no parábamos quietos cuando íbamos a Corvera, jugando, haciendo deporte y saliendo en bici a todos lados. Éramos muy pequeños pero eso quedó dentro de mí, hasta que, ya con veintitantos, mi amigo Pablo Ibarguren, tras muchos meses  intentando convencerme, mi vida dio un giro importantísimo, dejé el fútbol regional y me metí en este mundo de triatlones y carreras. Descubrí lo que más me gusta. Lo que había visto desde pequeño con mi tío, lo que me habían inculcado mis primos y ese nuevo deporte que ahora hacía yo con el mismo espíritu. Esa satisfacción de conseguir completar retos y superarse a uno mismo, esa manera de disfrutar luchando y alcanzar imposibles. Muchos triatlones y duatlones, muchas carreras populares y sobretodo, esa distancia fetiche tan especial. 21,1 km, La media maratón.

Un año después de la última, nos presentábamos a la Media Maratón de Santander. Este año no me lo había planteado como un objetivo principal, y tardé en decidir si me inscribía o no debido a lo cargado que se me presentaba el calendario de marzo con duatlones y carreras de montaña de por medio, pero tampoco había que perder la oportunidad de correr de nuevo en casa en un día que fue una fiesta para el deporte. Finalmente mi amigo Carlos, compañero de aventuras, no corrió, pero sí mi mentor Pablo Ibarguren junto a otros compañeros del Triatlón Camargo Astillero y demás conocidos. Eran cuatro las medias maratones que había corrido hasta la fecha, pero nunca había corrido junto al gran Pablín, a pesar de todas las carreras que hemos compartido. En todas esas medias había cosechado buenos tiempos.

Medias Maratones:
2009      Bajo Pas              1h 28’ 40’’
2010      Madrid                 1h 33’ 49’’
2012      Dublín                  1h 28’ 28’’
2013      Santander             1h 27’ 40’’ (PB)
2014      Santander          ¿qué tiempo saldría?

Como no estuve muy centrado en la media, sinceramente no tenía en mente ir a por tiempos y había pensado correr con Carlos a modo rodaje disfrutando de los paisajes de nuestra ciudad y del ambiente de la carrera, pero una serie de circunstancias hicieron que cambiase la manera de ver la carrera y también el modo en que corrí acompañado por Pablo Ibarguren.

Foto con los compañeros del Triatlón Camargo-Astillero
10am, sin mucha parafernalia, se dio la salida frente al Banco Santander en un abarrotado Paseo Pereda después de departir con compañeros y conocidos en la previa. El día, el mejor del año, sol, calor, luz y viento sur, elementos que serían protagonistas. Nos colocamos junto al globo de 1h 30’ para seguirlo como referencia, sin embargo, tras el paso por las obras del Centro Botín, el globo se reventó y nos quedamos “a ciegas”, sólo con nuestras sensaciones. Todo el tramo de la calle Castilla nos lo tomamos con relativa calma, no íbamos despacio pero sí muy tranquilos y charlando. Subida a Valdecilla y tramo de bajada por la arbolada San Fernando, la Alameda de Oviedo. Entrando al túnel de la calle Burgos, comentamos una foto que se publicó en El Diario de una popular Carrefour, de 2006 creo recordar, en la que nos cazaron a los dos corriendo a la par entrando por la otra boca del túnel. Eran nuestros inicios. Justamente fuimos fotografiados en ese momento.

Entrando al túnel de la calle Burgos, como en aquella Carrefour '06. Foto: www.sigueme.es 

Paso por contrameta. La presencia de tanto público nos hizo aumentar algo el ritmo. Íbamos realmente cómodos. El ir con Pablín me hizo dosificar mucho más las fuerzas y correr con algo más de cabeza, ya que el año pasado hice el primer tercio de la carrera a tope. Subida de la Cuesta del Gas y en Reina Victoria, a nuestro paso por el km7 aproximadamente, con las espectaculares vistas de la Bahía en un día como el de hoy, alcanzamos a las liebres de 1h 30’ a las que reconocimos a pesar de no llevar ya el globo. Fuimos con ellas, y al ver que íbamos cómodos seguimos con nuestro ritmo y las pasamos sin obcecarnos. Repechines del Sardi. Los avituallamientos líquidos se agradecían más que nunca, el día estaba siendo seco y duro para correr, y yo tenía muchísima sed. Sin embargo las sensaciones estaban siendo buenísimas.

Atravesamos la zona de Los Campos de Sport de El Sardinero en dirección a la temida avenida de la S-20. Antes de entrar a ella, paso por el km10 con un gran tiempo, unos 41’ largos, vamos muy bien Pablín! La S-20 es el tramo más monótono y duro de la media, una anchísima avenida que hay que hacer ida y vuelta, y para colmo era donde más pegaba el viento. A la ida pegaba de cara. Nos adherimos a un grupillo. No hicimos más que adelantar gente poco a poco desde que dejamos a las liebres de 1h 30’. Aquí, traté de ir rodando sin exponerme mucho al viento de cara, es decir, iba a rueda, bien pegado a la espalda del que me precedía, siempre buscando a los más grandes. Me pegué a un corredor de zancada sólida que vestía de negro y llevaba un botellín en la cintura. Apretaba pero yo me estaba encontrando fenomenal y decidí seguirle y apretar con él. Pablín se quedó un poco rezagado pero yo intenté aprovechar mi buen momento y seguir con el de negro. Qué bien estaba yendo, y era el peor tramo. Tan bien me sentía que, a pesar de lo que diría la lógica de seguir a rueda sin gastar, decidí darle un relevo y tirar yo también con todo el viento en la cara, cosa que me agradeció. Para adelante! A mitad de recta ya había recibido los ánimos de mis amigos Manu e Irene que dieron mucha moral. En la S-20 fue donde vi que, otro año más, podía hacer tiempos. Giro de 180º y S20 para abajo. Viento de cola y a volar. En este tramo rodé por debajo de 4min/km.

Cruzamos el puente de Las Llamas y bajo las Universidades iban cayendo los kilómetros. Qué calor! Km 16 y esto se empezó a endurecer, mi ritmo bajó, y fue aquí, donde el hombre de negro con el que había compartido la S-20, me esperó y me animó a seguir con él, qué bien me vino y cómo se lo agradezco. Las cosas bonitas de las muchas que tiene este deporte en el que no existen rivales y el que corre a tu lado se convierte en tu compañero. Fui con él hasta antes de llegar de nuevo al Sardinero. Finalmente no pude seguirle y le dije que tirara. Empieza lo realmente duro, pero sólo quedan 4km!! Eché mano de un gel, no suelo tomar nada, pero venía en la bolsa del corredor y realmente me vino muy bien, y a por la cuesta de Piquío que fue sin duda la parte más dura. Ánimos de compañeros antes de coronar y, sin querer mirar para atrás, tiré para adelante. Repecho de La Magdalena. Por todo Reina Victoria fui rebasado por bastantes pero yo sabía que si seguía sin perder mucho más ritmo, lograría de nuevo, otro sub 1h30’ en otra media maratón. Rebajar mi mejor tiempo conseguido el año pasado no estaba en mis planes, pero no me iba a quedar muy lejos de esa 1h 27’ 40’’. San Martín, bajada de la Cuesta del Gas y último kilómetro!!! En Castelar viento y calor, no me quedaba más pero había que apretar, este tramo lo he hecho mil veces a tope! Y en Puertochico, a mi izquierda apareció el gran Pablo Ibarguren, qué ilusión me hizo!! Juntos apretamos superando a corredores en el infinito Paseo Pereda, apenas 500 metros con un montonazo de gente a los lados aplaudiendo entre ellos mis buenos amigos Món y Rocío. Qué pila gente y qué bonito! Nos chocamos las manos y juntos cruzamos la meta parando el crono en 1h 28’ 37’’ siendo la media más sólida y seria de todas las que he corrido a pesar de quedarme a apenas 57’’ de mi mejor marca.

Recta de meta entrando junto a Pablo Ibarguren
Esta carrera siempre es especial para mí. Por la distancia, por ser en casa, por recordar los tiempos en que no podía correr, por la presencia de amigos animando, por compartirla con quien me metió en esto... Gracias por ello. Pero este año cobraba además un significado más especial aún. Otra media maratón más, como las que corría mi tío cuando era pequeño, pero desgraciadamente, un par de días antes, mis tíos y mis primos perdieron, con tan sólo 8 años, a una nieta, hija y sobrina. Una auténtica luchadora, un ejemplo, como son y siempre han sido ellos para mí. Durante la carrera y sobretodo entrando en meta la tuve presente, pues esta carrera va por ella y va por ellos, y ahí va mi pequeño homenaje para trasmitirles todo mi cariño y toda mi admiración, por todo lo que me han inculcado, por lo que son y por lo que me han enseñado con su fortaleza, lucha y entrega sin límites.


Seguiremos corriendo y seguiremos luchando, seguiremos disfrutando de cada día como si fuera único, y sobre todo, seguiremos sonriendo, como hacías tú!

Grimpeur!

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